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La reconstrucción mamaria y micropigmentación de areola y pezón

La reconstrucción mamaria y micropigmentación de areola y pezón

A pesar de la alta incidencia del cáncer de mama entre la población femenina española - unos 33.300 casos nuevos diagnosticados solo en 2019-, se estima que únicamente al 30%-40% de las pacientes sometidas a una mastectomía se benefician de una reconstrucción mamaria.

La reconstrucción mamaria puede realizarse con tejidos autólogos o con expansor/prótesis, y el proceso comprende, habitualmente, cuatro fases.

Reconstrucción mamaria con expansor / prótesis

En el caso de la reconstrucción con expansor/prótesis, se coloca a la paciente un implante, que se rellena de líquido periódicamente en la consulta, mediante una inyección de suero salino a través de la piel. Transcurridos unos seis meses, se sustituye por una prótesis mamaria en una segunda intervención, realizándose, además, la simetrización de las mamas mediante procedimientos de elevación, reducción o aumento.

En esta segunda fase no se reconstruye aún el pezón, ya que es conveniente dejar pasar un tiempo para que las mamas caigan de forma natural y se estabilice el resultado.

Es en la tercera intervención, en torno a los nueve meses desde la primera, cuando el cirujano plástico reconstruye el pezón de la paciente, utilizando tejido de la propia mama con anestesia local. Desde ese momento, deberán transcurrir otros tres meses para proceder a la micropigmentación de la zona.

Reconstrucción mamaria con tejidos autólogos

Otro método efectivo para la reconstrucción mamaria es través de tejidos autólogos, es decir, mediante tejidos propios de otras zonas del cuerpo, como el abdomen, la ingle o la espalda. Esta técnica es más sofisticada que la anterior, ya que se utilizan colgajos cutáneos o musculocutáneos de la propia paciente.

En el caso de utilizar un colgajo musculocutáneo de dorsal ancho, se tomaría de la paciente un músculo de la espalda, y un segmento de piel y grasa de la misma localización, que al girar por el hueco axilar, permite recrear una mama de características similares a la mama sana. Además, si fuese necesario, la reconstrucción se complementaría con una prótesis mamaria.

Si por el contrario, la intervención se realiza mediante un colgajo basado en perforantes de la arteria epigástrica inferior, método conocido como DIEP, se necesitarán de técnicas microquirúrgicas para su ejecución.

En este caso, se toman tejidos cutáneos y grasos de la región abdominal inferior, y tras realizar una sutura microquirúrgica de la arteria y vena del colgajo a una arteria y vena de la región del tórax, se remodela el tejido para aportarle características similares a la de una mama sana.

Además, gracias a este método, la zona abdominal de la paciente se beneficia de una intervención similar a la abdominoplastia.

Por el contrario, en aquellas mujeres con un volumen mamario menor y escasa grasa abdominal en las que es inviable el método DIEP, la intervención quirúrgica se realiza mediante un colgajo musculocutáneo de gracilis. En este caso, el procedimiento es similar al anterior, sin embargo, los tejidos donantes se toman de la cara interna del muslo, ocultando la cicatriz a nivel inguinal.

¿Cuándo se puede realizar una reconstrucción mamaria tras una mastectomía?

La reconstrucción del pecho tras una mastectomía puede realizarse de forma inmediata o diferida. Lo más recomendable es que se priorice la reconstrucción inmediata, dado que tipo de intervención reduce el tiempo de estancia hospitalaria, los costes de esta y los plazos de recuperación de la paciente. Asimismo, no afecta a la evolución natural de la enfermedad y no interfiere con la quimioterapia administrada tras la cirugía.

Por el contrario, existen casos en los que la reconstrucción puede o debe posponerse. Esto es lo que se conoce como reconstrucción diferida, siendo aconsejable en las pacientes cuyo estado general lo aconseje o vayan a precisar técnicas oncológicas específicas adicionales.

En otras ocasiones, son las mismas pacientes las que no desean someterse a más intervenciones que las estrictamente necesarias para curar exclusivamente la enfermedad tumoral y prefieren posponer voluntariamente la reconstrucción, y completar en un segundo tiempo el tratamiento integral del cáncer de mama.

La micropigmentación de la areola y el pezón, el punto final de la reconstrucción mamaria

Aún son muchas las mujeres con una reconstrucción mamaria a quienes no se les practica la micropigmentación de areola y pezón, que aporta mayor naturalidad final al proceso.

Esta técnica consiste en la realización de un tatuaje que, a diferencia de los habituales, se hace en la piel a menor profundidad y usando una pomada anestésica. En él, se emplean tonos marrones y rojizos que imitan el color de las areolas y buscan un resultado armónico con la piel de la paciente.

Pasado un año desde la micropigmentación, es frecuente volver a citar a la paciente por el posible aclaramiento del dibujo y la necesidad de un retoque. En cualquier caso, es el cirujano plástico quien debe valorar si esta técnica está aconsejada o no en la paciente, realizando una prueba para prevenir posibles alergias a los pigmentos.

Correcta disección de colgajos de perforantes

Preservación de nervios motores de los músculos

Con la popularización de los colgajos de vasos perforantes, la secuelas en territorio donante se han minimizado hasta convertirse únicamente en una cicatriz residual. Esto es solo posible si se respeta la anatomía muscular y la anatomía nerviosa de esa zona.

Desgraciadamente, son muchos los pacientes sometidos a colgajos de perforantes, en los que las secuelas funcionales en área donante son relevantes.

Recuperar la flexión de un dedo: reconstrucción de poleas

Un tendón flexor precisa un sistema de poleas para su correcta movilización. Ante la ausencia de ellas, es obligatoria su reconstrucción.

Imagen1ATras una lesión de las poleas flexoras, que limita la flexión de los dedos, su reconstrucción satisfactoria es solo posible si en el proceso postoperatorio, el paciente se implica adecuadamente en la rehabilitación. Un movimiento activo descontrolado puede hacer que la plastia tendinosa empleada en la reconstrucción no cicatrice adecuadamente, y un déficit de movilidad pasiva asistida provocaría adherencias entre la polea reconstruída y los tendonse flexores.

La implicación en la rehabilitación de los pacientes en cirugía de mano es clave, más en estas reconstrucciones, que si bien no son complejas, tienen un difícil manejo postoperatorio. 

Imagen1BNosotros planteamos la reconstrucción de las poleas A2 y A4, las mínimas necesarias para un rango de movilidad adecuado, empleando injertos tendinosos tomados del propio paciente, empleando tendones prescindibles del antebrazo o del propio dedo (PL y hemiFDS).

En no pocas ocasiones, se precisan técnicas de tenolisis en segundos tiempos quirúrgicos dada la difícil reahabilitación, al igual que no es infrecuente la necesidad de combinar la reconstrucción de una polea dentro del proceso de reparación de un tendón flexor, mediante una varilla de Hunter, por ejemplo.

Análisis de controversias en reconstrucción mamaria con DIEP

La reconstrucción mamaria mediante colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator) es la técnica de elección para reconstrucción mamaria tras mastectomía. Pero esta técnica se encuentra condicionada por características de la paciente o del tratamiento oncológico recibido, de tal forma que diversos grupos de trabajo contraindican este método en caso de existir alguno de esos factores.

Nosotros hemos realizado un análisis de los mismos, valorando la viabilidad del colgajo y su correlación con las complicaciones postoperatorias, para optimizar su indicación.

Los condicionantes más significativos son el tabaco, las intervenciones quirúrgicas previas que afecten a la pared abdominal, el sobrepeso de la paciente, y el tratamiento radioterápico anterior o posterior a la reconstrucción. Estas controversias son a su vez las más discutidas en la literatura científica al respecto.

Hemos encontrado una gran correlación entre la aparición de complicaciones y los factores de riesgo tabaquismo y sobrepeso, pero estas compliaciones figuran entre las observadas en técnicas más simples como la abdominoplastia. Si la paciente presenta ambos factores asociados (obesidad y tabaquismo), el aumento de necrosis grasa en el colgajo transferido es significativo. 

Si piensa someterse a una reconstrucción mamaria con colgajo microquirúrgico abdominal, aconsejamos en la medida de lo posible, pérdida de peso y abandono del tabaquismo.

 

Entrevista al Dr. Casado Pérez para la revista Telva

Realizan miles de intervenciones anuales, cada vez menos invasivas y más naturales. Averiguamos los entresijos de su trabajo

Entrevista al Dr. Casado Pérez para la revista Telva


Entrevista correspondiente al artículo "10 cirujanos plásticos top"

"APUESTO POR LAS TÉCNICAS MÍNIMAMENTE INVASIVAS"

 


Jefe de servicio de Cirugía Plástica y Quemados de la Paz.